Profesor Jesús de la Rosa |
Los maestros y la reforma de la educación.
Por Jesús de la Rosa.
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Compartimos la opinión de
quienes consideran que un sistema educativo de calidad es el principal
instrumento con el que puede contar el país para transformar las condiciones de
vida de sus gentes y para pasar de la sociedad que tenemos a una más justa y
solidaria. Creemos que es necesario cumplir con lo establecido en el artículo
63 de la Constitución de la República que consagra que toda persona tenga
derecho a una educación integral, de calidad, permanente y en igualdad de
condiciones y oportunidades, sin más limitaciones que las derivadas de sus
aptitudes, vocación y aspiraciones; con la Ley 1-12 de la Estrategia Nacional
de Desarrollo 2012-2030 que propone una educación universal para todos desde el
nivel inicial hasta el nivel superior; y con el artículo 34 de ese mismo edicto
que consigna la necesidad de que las fuerzas políticas, económicas y sociales
del país arribaran a un pacto que impulsara las reformas necesarias para elevar
la calidad, cobertura y eficacia del Sistema Dominicano de Instrucción Pública.
En principio, el Pacto
para la Reforma Educativa 2014-2030 fue concebido por el gobierno del
presidente Danilo Medina como una estrategia integral que recogiera la voluntad
de los expertos y gestores del sector educativo, de las instituciones
gubernamentales, de los dirigentes de los partidos políticos, de los
empresarios, de los dirigentes comunitarios y sindicales y de otros sectores.
Quienes lo suscribimos asumimos un conjunto de compromisos orientados a elevar
la calidad de los servicios del Sistema Dominicano de Instrucción Pública.
El accionar del Pacto
Nacional para la Reforma Educativa se orienta a democratizar el acceso de todos
(plural genérico) a la educación; a garantizar la calidad y pertinencia del
aprendizaje en todos los niveles del saber; a dignificar la carrera docente; y
a instaurar un sistema de evaluación de la calidad de los servicios. El
principal valor agregado del Pacto sería el que logremos implementar mecanismos
adecuados y transparentes para el cumplimiento de cada uno de los compromisos
que todos asumimos. ¿Estamos o no en camino de alcanzar esos fines? Tal y como
nosotros lo apreciamos, el Pacto Nacional para la Reforma de la Educación
2014-2030 establece el marco para una amplia experiencia en materia de reforma
de la educación que tardará muchos años en desarrollarse. Nadie puede prever
con certeza cuáles serán los resultados de sus diversas innovaciones, y no cabe
la menor duda de que en el transcurso de su aplicación hará falta introducir
numerosas correcciones, por lo que será muy importante ofrecer un control y
evaluación continua del avance y progreso de la reforma por parte de analistas
independientes, tal y como se ha venido haciendo con la creación de veedurías
de los compromisos asumidos bajo la responsabilidad de las instituciones rectoras.
Al efecto, en la página 2 y 3 del primer informe sobre la puesta en marcha de
los compromisos asumidos en el Pacto leemos que: “para asegurar la ejecución de
las acciones derivadas del cumplimiento del Pacto Educativo, la realización de
sinergias y el ajuste en la planeación, se instituye un sistema de seguimiento
y monitoreo que ha permitido que las instituciones compromisarias con
responsabilidad directa reporten sus acciones y/o actividades de su gestión
para el logro de los acuerdos”.
La experiencia de otras naciones demuestra que
el éxito de la puesta en práctica de la reforma de la educación en República
Dominicana dependerá en gran medida de la predisposición de este gobierno y de
los que le sucedan a renunciar a poderes que llevan mucho tiempo acostumbrados
a ejercer, así como de la predisposición de nuestras instituciones de educación
superior a hacer un uso creativo y eficaz de su autonomía.
Cortesía: Hoy Digital.