20 cosas que los estudiantes quieren que la
sociedad conozca acerca de la educación (1ª parte) Por Óscar Macías Álvarez
1.- Tengo que pensar de forma crítica en el
centro, pero las evaluaciones y tests no van encaminadas en esa dirección.
Decimos
que enseñamos a ser personas autónomas, críticas, con pensamiento propio pero
no es cierto, eso no es lo que se enseña en la escuela. Les enseñamos a
escuchar y a afirmar lo que el docente repite una y otra vez, año tras año, sea
lo que sea eso (que no es educar) y después les evaluamos sobre eso.
2.- Aprendemos
de diferentes maneras y a diferentes
velocidades.
Lo
sabemos, lo sabemos desde hace mucho tiempo y sin embargo mantenemos un sistema
educativo que prioriza la edad como punto fundamental e inalterable. Pero
además mantenemos un tipo de agrupamiento a la hora de enseñar que obliga a
todos a escuchar, repetir y hacer lo mismo y al mismo tiempo. El centro es el
profesor y su ritmo, y debería ser el alumnado y su propio ritmo de
aprendizaje. Es necesario contar con otros criterios de agrupamientos.
3.- No puedo aprender de ti si no estás interesando en
conectar conmigo.
El
alumnado ya no solo es consumidor sino productor y emisor de información y
conector de muy diferentes relaciones interpersonales y ese elemento que
empieza a ser una de sus características más evidentes está siendo relegada
cuando no desechada por el profesorado. Tenemos que conectar con ellos!
4.- Enseñar a
través del libro no es enseñar, es simplemente hablar.
Volvemos
a hablar del gran problema que significa el libro de texto escolar tal y como
está planteado desde el inicio de los tiempos? Es más que evidente que el
acceso a la información no puede recaer en la repetición de los textos que
aparecen en los libros que año tras año se obliga a las familias a adquirir. No
sólo es una forma de acceso anacrónica sino que imposibilita otro tipo de
dinámicas. Sería factible cierto tipo de libros de esto, pero mucho más
dinámicos, más flexibles, más audiovisuales y más concretos que persigan otro
objetivo que no sea el libro de referencia para todo un curso.
5.- Preocuparse
por cada alumno es más importante que dar clase.
No
puede ser más cierto. Una de las cosas que más repite el alumnado es que el
profesorado “pasa de ellos”. No se preocupan por ellos ni dan la impresión de
querer hacerlo. ¿Qué creen? ¿Que el alumnado no se percata de eso? ¿Es difícil?
claro… todos los sabemos, yo el primero. Pero difícil no es imposible.
6.- Todas las personas jóvenes tienen un sueño. Nuestro
trabajo es ayudarles a estar más cerca de ese sueño.
¿Por
qué obligamos a todas las personas a pasar por los mismos circuitos? ¿Por qué
determinamos cual es el único camino bueno y cual no?
¿Por
qué clasificar al alumnado para delimitar lo que van a hacer, cuando la
educación debe ser integral y no dirigida al mundo económico y laboral? ¿Por
qué nos empeñamos en inventar “itinerarios”? Es evidente que el futuro es
impredecible y que las personas son más felices haciendo lo que les gusta, y
hacer lo que le gusta a uno puede ser el día de mañana su forma de vivir.
Ayudémosle a buscar ese “elemento” del que nos habla Ken Robinson.
7.- Necesitan algo más que docentes.
Necesitan
entrenadores de la vida. Necesitan que nosotros les ayudemos a formarse como
personas en un sentido holístico. No todo es conocimiento cognitivo. La
inteligencia emocional, la capacidad creativa, tantas otras cosas que no se
aprenden en los libros…
8.- La sociedad debería involucrarse mucho más en las
escuelas.
Sólo
nos acordamos de la educación cuando trabajamos en ella o cuando tenemos hijos,
no puede ser. La educación es uno de los valores más importantes de una
sociedad y esta sociedad tiene aparcada a la educación, la relega al poder de
la administración, al vaivén de las diferentes leyes y a la lucha de poderes de
diferentes partidos. Es mucho más que eso. Son las madres y padres de cada niña
y niño, cada persona preocupada por mejorar su formación como profesional, cada
persona que quiere trabajar con el mejor grupo humano,…
9.-
Incluso si
no quieres ser profesor, puedes ofrecer a los estudiantes un aprendizaje.
Supongo
que a estas alturas muchos de nosotros tenemos claro que no sólo los docentes
somos capaces de intentar insuflar conocimiento a través de nuestra labor.
Cuanta gente hay por ahí que es capaz de hacer mucho más y mejor la difícil
tarea de enseñar, en el más amplio entizo de la palabra, y fuera de los
pupitres. Hay mucha más escuela que aquella que está entre las paredes.
Fuente: OEI.
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