Profe
¿Por qué no puedo sacar el móvil en clases?
Sin duda se trata de un tema muy
controvertido.
Les
invitamos a dar su opinión. Estamos seguros que del debate saldrán muy buenas
ideas.
Lic. Pablo Sibaja Mojica.
Puntarenas, Costa Rica. IBERCIENCIA. Comunidad de Educadores para la Cultura
Científica.
Las
metas educativas hacia el 2021 proponen la incorporación del uso de la
tecnología en busca del mejoramiento de la calidad de la educación y el
currículo escolar; por lo que se vuelve necesario la innovación dentro del
currículo en el uso de herramientas y metodologías, cotidianas y llamativas,
para las poblaciones de estudiantes actuales.
En
una reunión de docentes debatíamos el nuevo reglamento para la institución
educativa en la cual trabajo. Exigir el uso del uniforme, prohibir
manifestaciones de violencia, entre otras cosas que se aprobábamos con
facilidad los presentes, hasta llegar al uso de los teléfonos móviles celulares
dentro de la clase; lo cual, calentó el debate y nos invitó a todos los
profesionales presentes a un foro de mayor discusión en el tema, principalmente
cuando esta herramienta tecnológica se había vuelto útil, incluso para para las
personas presentes en sus lecciones.
Si
les prohibimos el uso de los móviles no podré entonces en mi clase decirles que
pueden sacarlos para usar la calculadora; mencionó la profesora de Matemáticas.
En mi clase, lo usan cuando necesitan traducir una palabra que no conocen;
indicó la “teacher”. Yo acabo de asignarles un trabajo en el que deben
fotografiarse a ellos y a la comunidad educativa utilizando frases en contra o
a favor de las noticias actuales del país y subirlas a sus “facebooks” para
fomentar el diálogo de estos temas con sus redes virtuales de amigos; dijo la
docente de Educación Cívica. Y en mis clases a veces le toman fotos a los mapas
que vemos en geografía, agregó la profesora de Estudios Sociales. Algunas veces
yo les permito revisar “wikis” sobre conceptos de biología o los elementos de
la tabla periódica por medio del Internet que tienen en el celular; añadió el
docente de biología. En fin, eran tantas las opciones en las cuales habían
incursionado los profesionales, haciendo del uso de los teléfonos móviles
durante sus clases, con una buena aceptación por parte de la población
estudiantil, que parecía, fuesen una herramienta didáctica útil dentro del
aula.
Por
otra parte es sabido que los móviles, constituyen un distractor importante de
manera individual y grupal dentro de los salones de clases, por la cantidad de
aplicaciones y usos en red de interacción e inmediatez, que pueden facilitar al
estudiantado; pero se estaba comprobando que al ser utilizados bajo
indicaciones de las personas profesionales docentes y en usos constructivos
para el aprendizaje, podían ser de gran ayuda; lo cual, al negar por completo
sus usos dentro de las aulas, cortaban las posibilidades innovadoras de los
docentes en la implementación de una herramienta tecnológica como pueden ser
los teléfonos celulares, dentro del currículo y la visión del estudiantado de
usar los móviles como una herramienta educativa que además consideran como su
mejor amigo.
Precisamente
algo así se nos invita a reflexionar en las metas educativas hacia el 2021,
dentro de las cuales se incluye en su meta general quinta, mejorar la calidad
de la educación y el currículo escolar, ofreciendo un plan de estudios que
incorpore el uso de la “computadora” en la escuela por los alumnos para tareas
de aprendizaje; lo cual se vuelve más interesante si analizáramos el hecho que
los teléfonos móviles son en la actualidad, pequeños computadores portátiles
con casi las mismas cualidades y posibilidades que algunos computadores nos
ofrecen; o más y mejores en algunos casos de computadores que vemos en los
centros educativos ya obsoletos. Algunos padres y madres de familia o
encargados, prefieren dotar a sus hijos de tecnologías móviles de última
generación, que de libros; lo cual no puede llegar a ser tan malo si se les
enseñara a tener una cultura de lectores e-books, aunque sabemos que un libro
virtual no reemplaza uno físico, debemos enseñar tanto docentes como
encargados, que la tecnología debe ser un aliado para la educación y no el
enemigo al que se debe hacer frente.
Algunos
padres que han carecido de bienes materiales durante su infancia y de tanta
tecnología que los hace sentir “analfabetos de las TIC”, me han confesado en
entrevista profesional que prefieren dotar a sus hijos de toda la tecnología
que pidan para compensar las carencias que ellas y ellos tuvieron, aunque en
ocasiones no entiendan lo que les compran a sus hijas e hijos, cómo o para qué
se utiliza. Además, algunos padres y encargados, vuelven los teléfonos móviles,
aparatos tecnológicos de rastreo inmediato y comunicación ante posibles
accidentes, emergencias y desastres naturales que temen puedan suceder a sus
hijos mientras están en la escuela o el colegio; por tanto, el celular se ha
vuelto para algunos padres de familia, un útil más dentro de la mochila de sus
hijos que deben llevar a los salones de clases. Situaciones de esta índole
impiden la prohibición del uso de móviles dentro de las instituciones
educativas y deben promover la apreciación docente de dichos aparatos, como
herramientas para el uso didáctico de mayor acceso, interés y alcance en la
población estudiantil con la que trabajan.
Cuando
algún estudiante me pregunta ¿Por qué no puedo sacar el móvil en clase? Pienso
en un mundo de posibilidades que le pueden ser coaccionadas por una mala
apreciación de una herramienta que es vista como distractor. Enseñemos a las
nuevas poblaciones a que aprendan a sacar el móvil en las aulas para usos
didácticos útiles y de aprovechamiento pedagógico, a que sean sus mejores
amigos, con planeamientos actualizados que incluyan estrategias de
investigación y actualización en línea, diversión, inclusión, entre otras
posibilidades que los docentes con vocación podemos vislumbrar.
Al
terminar la discusión entre los profesionales presentes nos dimos cuenta que no
se debía prohibir o sancionar el uso de los teléfonos celulares móviles dentro
del aula. Esas pequeñas computadoras que acompañan a nuestros estudiantes a
diario como sus mejores amigos y podría constituir la mejor herramienta de
estudio y trabajo, si les enseñamos desde los salones de clases a volverse
aliados de sus móviles y nos sus juguetes para travesuras.
Colaboración de Diego San Juan, miembro de la RID.
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