A menudo los alumnos demuestran sus deseos y sus ambiciones de
alcanzar con éxito en sus estudios, con miras de ser valorado por sus maestros,
padres o por los directivos y espera como cualquier ser humano una compensa, un
estímulo una mención pública, cuando no lo logra, ahí se produce una
manifestación de desesperanza, frustración, engaño, cuántos cosas mas podemos
denominarlos.
El rol del docente tiene que imprimir un tacto pedagógico en no
herir a nadie, todos hemos aprendido yo también; será la voz del maestro, para
respetar la diferencia y despojar la discriminación. El papel del docente en
este sentido es de vital importancia, ya que por medio de sus actitudes,
comportamientos y desempeño dentro del aula podrá motivar a los alumnos a
construir su aprendizaje dialogando, en colaboración y en colectivo.
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