No se puede obligar a
aprender
Dice Claxton que si los profesores no saben en qué consiste el aprendizaje,
tienen las mismas oportunidades de favorecerlo que de obstaculizarlo. Enseñar es
pues, una actividad subversiva en donde el alumno es quien se subvierte (no el
sistema).
1. No se puede obligar a aprender:
El aprendizaje y el desarrollo se dan espontáneamente, en tanto que no se
puede forzar sino tan solo facilitarlo.
2. Lo que se necesita o se quiere saber, se aprende antes:
No se aprende nada que no esté
relacionado con la satisfacción de una necesidad, deseo o para evitar alguna amenaza.
La única motivación es la calidad de nuestra supervivencia.
3. Cuando las personas se sienten amenazadas, dejan de aprender:
El profesor debe diferenciar el
desafío de la amenaza.
4. El profesor debe reconocer las señales del alumno que se siente
amenazado:
Cuando un alumno no puede seguir, lo
que conviene es una pausa. Un sermón no mejorará las cosas.
5. No se puede aprender aquello para lo que no se está preparado:
La sugerencia sería la de tener una
idea intuitiva de lo que se irá enseñando y ajustarlo a la respuesta del
alumno. El interés del alumno indica claramente su preparación para aprender la
enseñanza que se le está proporcionando.
6. El alumno puede ceder su responsabilidad al profesor, pero no puede
relegarsela:
El poder del profesor es un poder
prestado, circunstancial, en tanto el alumno vaya alcanzado la autonomía. El
alumno tiene el derecho y la responsabilidad de decidir su objetivo y el
profesor, si él alumno ha decidido ser enseñado, elegir el mejor camino para
lograrlo.
7. Cualquier cosa que se enseñe, lo que se enseña es "la propia
personalidad":
El alumno aprende sobre sí mismo y
sobre el profesor. Un profesor, así, puede proporcionar un buen modelo para el
alumno (aunque también puede no hacerlo). Si el profesor no ejemplifica sus
recomendaciones, de poca utilidad será toda prédica que este hiciera.
8. El aprendizaje tiene su tiempo:
Todo aprendizaje demanda un tiempo
para ser asimilado.
9. La "enseñanza" es parte de un contexto de aprendizaje:
La esencia del aprendizaje es la
creación de asociaciones entre las diversas partes de la teoría sobre el mundo
que se activan a la vez consecutivamente, lo que se aprende, queda ligado al
contexto que se ha aprendido. Por lo tanto, una de las tareas del profesor es
la de variar los rasgos no esenciales del contexto de aprendizaje para que no
dominen los contenidos y se fijen los rasgos relevantes.
Las necesidades del profesor
Si el profesor no es comprensivo, difícilmente podrá ayudar a un alumno
bloqueado. El profesor debe tener la sensibilidad suficiente como advertir
hasta dónde ha llegado el alumno para entender como guiarlo a destino.
Un docente que se identifica con el alumno, acaba proyectando sus deseos en
él, entonces el miedo al fracaso puede paralizarlo. Es preferible desear el
éxito del alumno antes que necesitarlo.
En algunos casos, el profesor evita el éxito del alumno simplemente porque
necesita a quien enseñar. Y no se trata de una necesidad meramente económica,
puede ser una necesidad emocional.
¿Cómo puede un profesor servir de ayuda, entonces? Puede actuar como un
director, guiando un curso en particular, creando situaciones o diseñando
secuencias de experiencias. O puede actuar como entrenador, dirigiendo las
consecuencias de la acción por medio de la recompensa y el castigo.
Suponiendo que el alumno quiera aprender y el problema consista en que el
nuevo conocimiento no se integre, el profesor podrá ayudarle indicándole otros
tipos de puentes, a través de los cuales establecer conexión:
1. Puentes lógicos: estrategias de
deducción que vinculen los conceptos.
2. Puentes analógicos: la metáfora,
esto es, establecer una conexión entre un conocimiento existente que posea
alguna característica comparable al nuevo conocimiento.
3. Personal: datos de la experiencia
personal, esto es establecer un vínculo a través de la propia existencia.
La pregunta es pues si es mejor el aprendizaje por descubrimiento que el
aprendizaje por exposición. Probablemente, la respuesta sea que da lo mismo en
tanto el alumno pueda apropiarse del conocimiento.
La escuela:
Debe considerarse que para gran parte de los niños, la escuela es un lugar
oportuno para la exploración social. Los amigos, el grupo de pares, son
motivación suficiente para concurrir a la escuela en muchos casos. Las
relaciones escolares son intensas y tienen una gran importancia en nuestras
vidas. Pero la escuela, es también el lugar para aprender, para adquirir
conocimiento intelectual. El mejor servicio que un alumno pueda prestarle a un
niño es aprender a aprender, desarrollar un conjunto de estrategias útiles para
potenciar lo aprendido y desarrollar una actitud de aprendizaje en las
diferentes experiencias de la vida.
Bibliografía:
CLAXTON, G. (1987), "Enseñar", en: G. Claxton Vivir y aprender,
Alianza, Madrid, pp. 213-239.
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